El cambio climático amenaza la producción de alimentos y los esfuerzos para seguirle el ritmo a una población mundial en rápido crecimiento, que según proyecciones de la ONU llegará a unos 9800 millones de personas para el año 2050. 

El aumento de las temperaturas, la escasez de agua y las presiones crecientes sobre los recursos naturales ya agotados podrían debilitar aún más la seguridad alimentaria mundial en un futuro cercano. Actualmente, 815 millones de personas, una de cada nueve, no tienen alimentos suficientes para comer, y una de cada tres personas sufre desnutrición.

Los desafíos son inmensos, pero existe la posibilidad de maximizar los recursos existentes si se revierte la degradación de la tierra y el medio ambiente. Según estimaciones del World Resources Institute, en todo el mundo hay disponibles para restauración 2.000 millones de hectáreas de tierras deforestadas y degradadas, un área aproximadamente del tamaño de América del Sur.

MEJORAR LA PRODUCTIVIDAD 

La restauración del paisaje requiere una combinación de incentivos económicos, cambios en las prácticas agrícolas y políticas que apoyen los esfuerzos de preservación y conservación, según investigadores de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una red mundial de organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, que también promueve la restauración del paisaje forestal (FLR por sus siglas en inglés).

Mediante la restauración de bienes, servicios y procesos ecológicos que los bosques ofrecen a nivel de paisaje, se podría satisfacer la demanda humana de una manera más sostenible, afirma un documento, que presenta ejemplos de varios países.

El impacto potencial de considerar los bosques como “sistemas” integrales e interconectados es considerable, indica el informe.

En todo el mundo, las especies arbóreas de alto valor económico proveen ingresos, leña, madera, medicamentos y alimentos nutritivos a más de 1.600 millones de personas. La agroforestería es otra estrategia para mejorar la productividad de la tierra de manera sostenible, con beneficios potenciales para más de 1000 millones de personas. La restauración de manglares puede ayudar a la erosión costera e incrementar la captura de carbono.


FORTALECER LA RESILIENCIA 

El Informe denominado Mejora de la seguridad alimentaria a través de la restauración del paisaje forestal, basado en siete estudios de caso, sostiene que los enfoques de FLR ofrecen soluciones ventajosas para todos (win-win) que abordan la degradación, mejoran la productividad y desarrollan sistemas alimentarios resilientes. Los casos son Burkina Faso, Ghana, Vietnam, Etiopía, Filipinas, Guatemala y la Amazonía brasileña.

Un análisis de estos estudios de caso revela varias lecciones que pueden mejorar la implementación del enfoque de FLR en otros lugares. En primer lugar, las iniciativas de restauración deben abordar las necesidades socioeconómicas y de seguridad alimentaria de los pequeños agricultores y sus comunidades. 

“La experiencia sugiere que cuando una iniciativa de reforestación no proporciona beneficios financieros a corto y largo plazo y entra en conflicto con las actividades de agricultura de subsistencia de los pequeños propietarios en términos de tiempo, trabajo y uso de la tierra, es poco probable que el programa tenga éxito”, escriben los autores del informe.

Este artículo es una publicación original de Landscapes News, del Global Landscapes Forum 


Foto: Patrick Shepherd/CIFOR